La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor impulsó junto a la OMS el Día Mundial del Dolor, que se conmemora cada 17 de octubre. Además propuso a 2022 como el año de la transferencia a los consultorios médicos del conocimiento alcanzado en los laboratorios
Según las últimas estadísticas difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas en el mundo padecen dolor crónico de moderado a grave, y una de cada tres no puede mantener un modo de vida independiente. Por su parte, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), lo define como una “experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a daño tisular real o potencial”. Es por este motivo que en la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, desde el 2000, se estableció que “el alivio del dolor es un derecho universal de los seres humanos”.
El 17 de octubre se conmemora el Día Mundial del Dolor, promovido por la IASP y la OMS desde el año 2004. Durante todo 2022, la IASP anunció que buscará que se trasladen los conocimientos sobre el dolor que se obtuvieron durante distintas investigaciones a la práctica clínica, ya que, pese a que se realizan estudios científicos al respecto y la evidencia sobre su situación crece año a año, aún miles de personas experimentan un “mal control del dolor”.
En ese sentido, durante el Año Mundial, la IASP resaltó la importancia de “aumentar la conciencia, no sólo dentro de la comunidad del dolor, sino incluso más allá”, según resaltaron en un comunicado emitido por la Sociedad Española del Dolor (SED). “Se estima que son necesarios 17 años para que los nuevos conocimientos alcancen la práctica habitual; con retrasos que van desde la investigación en laboratorio pasando por la investigación clínica y finalmente a la práctica clínica y las políticas sanitarias. Se necesitan esfuerzos dirigidos y coordinados para reducir los tiempos”, indicaron.
En este sentido, señalaron que “la forma en que se implementa el conocimiento está influenciada por el tipo de evidencia científica que se comparte, cómo se comparte, con qué objetivo y los métodos de transmisión del conocimiento que se utilizan”, siendo que la transmisión del conocimiento (TC) se define como “la síntesis, intercambio y aplicación del conocimiento a través de las partes interesadas para acelerar que los beneficios de las innovaciones globales y locales fortalezcan los sistemas sanitarios y mejoren la salud de las personas”.
Es más, durante este año, el organismo internacional destacó que esta fecha es “la oportunidad perfecta para centrarse en llevar el gran cuerpo de la evidencia sobre el tratamiento efectivo del dolor a lo largo de su trayectoria de desarrollo en el tiempo hasta la práctica”, además de que es la excusa ideal para “resaltar la urgencia por acrecentar la incorporación del conocimiento para mejorar los resultados en salud”.
¿Por qué es importante la transmisión del conocimiento?
Según explicaron desde la IASP y la SED, se impone una brecha entre la generación de nuevo conocimiento proveniente de la investigación y los avances científicos y la práctica, que llega a los pacientes. “Cuando el conocimiento está disponible, pero no se usa, afecta los desenlaces en salud y da como resultado una carga innecesaria en personas con dolor”, afirmaron.
Es por este motivo que resaltaron los 8 puntos esenciales que se deberán poner en práctica para que el conocimiento sobre el dolor se traduzca en acciones concretas para los pacientes.
1. Involucrar a los usuarios del conocimiento como socios en la aplicación de estas acciones, para lo cual es necesario sumar a los médicos y las personas con experiencias en dolor y sus familias. De esta manera, según indicaron, se podrán reducir “las barreras para usar el conocimiento, aumentar la probabilidad de que el conocimiento se perciba como valioso y consecuentemente, se use en la práctica y aumentando su impacto a través de estrategias de TC”.
2. Identificar al conocimiento basado en la investigación que será implementado, ya sean guías como productos y espacios educativos. Además de establecer en qué lugares y de qué forma se pondrán en práctica.
3. Identificar cuáles serán los usuarios objetivo de ese conocimiento: médicos, pacientes, padres y cuidadores, entre otros.
4. Identificar posibles barreras o desafíos para implementar aquellos conocimientos resultantes de la evidencia, algunos de los enumerados por los organismos internacionales son: percepción de falta de tiempo o recursos, percepción de alta complejidad de intervención, disponibilidad del producto. Asimismo, señalaron la importancia de atravesar estas limitaciones a medida que se efectúa el proceso de implementación.
5. Impulsar el uso del conocimiento en la práctica médica, la cual se pueden establecer al cumplir una guía, entre otros ejemplos.Según la IASP, serán necesarios 17 años para que los nuevos conocimientos científicos alcancen la práctica habitual / (Getty)
6. Participación de todos los usuarios del conocimiento mediante la facilitación del proceso de implementación.
7. Evaluación de la implementación: mediante esta estrategia, buscan evidenciar si existen beneficios de estas iniciativas, además de impulsar la transmisión del conocimiento y el uso de estas herramientas.
8. Co-desarrollar, comunicar y compartir ampliamente los recursos en formatos diferentes y útiles. Según el organismo internacional, “es importante desarrollar conocimiento ‘útil’ en formatos resumidos y fáciles de usar que estén adecuadamente dirigidos a los grupos de usuarios del conocimiento”, los cuales pueden ser “videos cortos, podcasts, mensajes en redes sociales, pautas claramente escritas basadas en la evidencia con algoritmos para guiar la práctica y más”.
FUENTE Infobae.com
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