Tony Peña Guaba, con las herramientas y visión para ser presidente

Por Silva Soto Fernández

Francisco Antonio Peña Guaba (Tony), es uno de los 4 hijos del más grande líder popular que ha tenido la República Dominicana: José Francisco Peña Gómez. Posee algunos rasgos físicos de su padre, no posee su discurso incendiario, pero en cambio, parece poseer un carácter más sosegado, aunque se siente muy orgulloso de su ascendencia, lleva en sus hombros la pesada de las expectativas, de que sus huellas al menos, sigan de cerca las gigantes huellas de su padre.

   Nacido en Santo Domingo, su madre es la señora: Julia Idalia Guaba Martínez, primera esposa de su padre. Realizó sus estudios superiores en España en la escuela Jaime Vera del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) donde se formó en Ciencias Políticas. Se inició en el activismo político desde la adolescencia, llegando a dirigir casi siempre el segmento juvenil del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

   Aunque su trayectoria política no ha sido objeto de grandes crónicas, al analizarla, podemos percatarnos de que es bastante amplia. En el año 1994 pasó a dirigir al Bloque Institucional Socialdemócrata, partido fundado por su padre en 1989, sustituyendo en la posición al Ing. Hipólito Mejía, quien pasó al PRD. Ese mismo año. Fue director ejecutivo de las campañas de Miguel Vargas e Hipólito Mejía. Director de campaña de Luis Abinader. presidente nacional de la JRD, jefe de campaña del Cibao.

    Tony, también posee una amplia experiencia en funciones públicas, dentro de las que se destacan: ministro de la juventud, siendo el autor de la Ley general de la juventud número 49-00 del 26 de julio del año 2000. Dentro de la misma, se contempló la creación de dicho ministerio. Fue cónsul general en Panamá, subsecretario de Estado de Deportes, diputado al Congreso Nacional, director ejecutivo del Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE) y administrador general de la Lotería Nacional. También se desempeñó como director ejecutivo de la Autoridad Portuaria Dominicana (APORDOM) (con categoría de ministro). En la actualidad, como es sabido, ocupa la coordinación del Gabinete de Políticas Públicas.

       Se define como socialdemócrata y plenamente apegado a los principios doctrinales de su padre, aunque probablemente sea más conservador que su progenitor. Digamos que un “social demócrata conservador”, es la impresión que nos ha dado en los pocos espacios de tiempo que hemos compartido y escuchado su visión sobre las diferentes problemáticas que afectan al país, y la visión que tiene para enfrentar algunas de ellas, como la criminalidad y la inseguridad ciudadana, tema en el que parece inclinarse más pon la “mano dura”.

      A diferencia de los otros descendientes de su progenitor, nunca se ha visto envuelto en escándalos de corrupción, ya que, la decisión tomada por el Ministerio, de entregar una colaboración económica a varios artistas en medio de la crisis generada por la pandemia, decisión que algunos consideraron como innecesaria, pues dichos artistas no eran los más merecedores de este acto de solidaridad, no se le atribuye intención de dolo, de hecho, la Dirección de ética y Transparencia que dirige Milagros Ortiz Bosh no le encontró mérito como para ser sometido a una investigación judicial, pero sí dejó ver algunas debilidades administrativas y de control de esa institución, que según esta entidad encargada de velar por la transparencia en el uso de los recursos del Estado, ya fueron superadas.

    Por otro lado, en su gestión al frente del Ministerio de Asistencia Social, se puede observar su gran entrega, entusiasmo y compromiso al frente de un ministerio, que debe combatir la pobreza, la falta de equidad y garantizar que al final de la gestión perremeísta la gente haya terminado viviendo mejor demostrando que realmente valió la pena el cambio.

    La manera en que ejerce su función expresa su convencimiento de que, para él, al igual que para su padre. Primero es la “gente” y esto lo convierte en un merecedor, de que el pueblo le dé la oportunidad que no tuvo su padre. El país necesita seguir impulsando nuevos liderazgos, un relevo representativo de la nueva política, en la que, la carta de presentación de los políticos sean sus hechos, no el histórico discurso populista y demagógico que juega con los sueños de los más vulnerables. Políticos con un genuino compromiso con la democracia y la justicia social.

    La composición del liderazgo partidario en el país está cambiando a pasos agigantados. En los partidos mayoritarios se ven los seguros relevos generacionales. En el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) vemos a Abel Martínez, Juan Ariel Jiménez, Andrés Navarro, entre otros. Mientras, que la Fuerza del Pueblo (FP) hasta el momento se destaca Omar Fernández. Mientras que el PRM se visualizan: Carolina Mejía, José Paliza, David Collado representante de la élite empresarial.

    Por otra parte, aunque no ha expresado públicamente sus aspiraciones, Tony Peña Guaba podría ser parte del relevo, pero representante de un liderazgo emergente, representante de las grandes mayorías, que le devuelva el arraigo popular al PRM, que le haga conectar nuevamente con el pueblo, tal como Peña Gómez lo hizo en el PRD.

    Seguir las huellas de Peña Gómez es un gran reto Tony, pero este debe seguir demostrando tener las herramientas, los valores y el compromiso para convertirse en otro gran líder de masas y convertirse en presidente de la República. Y al pueblo dominicano le encantaría ver que un hijo del gran líder, pueda concretizar la visión y los sueños de justicia social, inclusión y democracia participativa, que su padre tenía para con el país.