José María Carías Domenici (Don Nene)

En medio de tantas cosas, a veces, sufrir, es un acto de alegría. A veces es un acto de liberación y, todavía más, a veces es un acto de amor. Hoy despido a Don Nene, a quien creo que después de mi padre, Don Mariano, es la figura paterna que más me marcó. Se me va el personaje: el yankista, el balaguerista, el escogidista, el historiador, el bebedor, el filósofo y el conocedor de este pueblo dominicano, como nadie que yo haya conocido.

Lo conocí por los años 80, los finales de esta década, de la mano de su hijo menor, Pini Carías. Este hermano que elegí no por sangre, sino por amistad en las calles de un Santo Domingo que no por extinto es menos hermoso. Entre Neón, el club de Arroyo Hondo, La Puya y el río Isabela, se forjó una amistad que nos ha puesto viejos. Así comencé a ir a la casa en Camino Chiquito de Arroyo Hondo, la número 7, porque a Don Nene le dio la gana que tuviera el mismo número de Mickey Mantle. Iba primero con Oscar Luis, con Guidin, con Michel y con Tito. Al final a veces iba yo más que Pini. Mis otros hermanos: Coli, Milgy, Lisette y mi otra madre, Tania, siempre me recibían con amor. En esa casa era difícil saber si el apellido era Carías Cordero o Sanz Lovatón.

Los niños se hicieron hombres, los hombres padres y los padres tuvieron todos los éxitos y sí también todos los problemas. A través de todo nunca faltó un trago de ron de parte de Don Nene ni un juego de los Yankees o del Escogido. Don Nene era famoso por tacaño, o eso creíamos, lo que él era, era sabio. El hijo, “vivo siempre”, un día me manda a mí a pedirle para salir un sábado por la noche. Iríamos Pini y yo a alguna fiesta y yo fui a decirle que necesitábamos 500 pesos, que en esa época era todo el dinero del mundo. No recuerdo el año de esa anécdota, pero sí recuerdo que ese día aprendí historia universal, pues Don Nene incrédulo por mi petición, me hizo un cuento que comenzó con Colón y terminó con Peña Gómez. Al yo tratar de interrumpir sus argumentos de que su hijo y yo teníamos una salida con unas chicas, me fulminó diciendo: «Yayo, si esas niñas estarán con ustedes por los 500 pesos, no valen la pena». Ese día me enseñó el valor del dinero. Unos años más tarde fui a verlo con un tema de mi padre. Me dijo: » Yayo, Mariano es de la gente más seria que conozco. Siéntete orgulloso de ser su hijo», jamás olvidé ese día.

Después, son tantas las historias: que si mis mal de amores… Que si mis temas económicos… Me hizo yankista con un argumento demoledor: «Yayo, eres del PRD y escogidista un día mereces ganar, ven a los Yankis”.

Su cultura era una enciclopedia. Millonario gracias a su trabajo y nos apagaba el aire acondicionado a las 5:00 a.m. para economizar luz. Viajó el mundo, construyó medio país, la Av. Independencia, el urbanismo de Jarabacoa, entre muchas otras obras. Imposible escribir sobre la historia de la ingeniería de R.D. sin hablar de Nene Carías.

Sin embargo, su fuerza fue su familia: la crio como se cría la clase, la bondad y el trabajo. Ir a esa casa era ver amor caminar. La gracia andar y sobre todo se iba a gozar. Sus historias de nuestros pueblos, sus diálogos con su líder Balaguer. Mi vida tiene muchos pintores, pero pocos con esa marca y vacío que deja en mí, Nene Carías.

Este país tiene una historia recia. Veo en hombres como Don Nene la fuerza de nuestra nación. La esperanza de su futuro. Don Nene era sobre todo dominicano, bravo y alegre. Ruidoso y bondadoso. Duro y suave a la vez. Un día en el año 2010 y con esto termino, estábamos en N.Y. y compré una botella de vino para él, muy cara. Me dijo: «Yayo, no te pongas loco; Si no respetas el dinero, él no te va respetar a ti». De las últimas veces que lo vi me dijo: «serías un gran presidente y a la vez un gran pendejo si por lo primero no cuidas lo más importante que es tu familia. Tu papá y tu mamá no criaron un loco viejo, jamás lo olvides». Hoy con los ojos nublados de lágrimas le juro Don Nene, que no lo defraudaré. No sé si seré lo primero, pero lo segundo por usted no podré dejar de serlo. Lo amaré aquí y en el cielo que hoy celebra a Mickey Mantle y a Yogi Berra más que a cualquier santo. Adiós, Don Nene, Adiós.

E.sanz@aduanas.gob.do