Por Nelson Marte
Por la cantidad y calidad de los datos informados. y por la sinceridad con que dijo al país su discurso de rendición de cuentas, el presidente Luis Abinader ganó nuevos espacios en el corazón y la conciencia de la gente que ansía conocer buenas nuevas que le inspiren su derecho al entusiasmo y a la alegría.
El reverso de la cara de confianza y esperanza por el mensaje presidencial que expresan diferentes representantes de la sociedad, es la pobreza argumental con que ha reaccionado la minúscula cúpula opositora, como si estuviera inmersa en el laberinto de las dos décadas perdidas que en términos éticos, descalabro institucional y vulnerabilidad en que dejaron la economía tras sus 5 gobiernos.
Han reaccionado planteando que: a) se trató de un discurso reeleccionista, como si una segunda gestión presidencial no estuviera consagrada en la Constitución, y cual, si estuviéramos en los tiempos en que esos mismos grupos políticos secuestraron el arbitraje electoral, poniéndolo bajo control de su Comité Central, cuando usaban el presupuesto nacional como caja chica de su laborantismo político y a las instituciones gubernamentales cual sus comandos de campaña.
Y b) :legando que son falsos los datos e informaciones expuestas por el presidente Abinader, como si no estuvieran a la vista de todos, o no estuvieran siendo informados cotidianamente por los medios informativos, y no estuvieran siendo certificados a diario por representantes del empresariado, la sociedad civil nacionales y acreditados organismos internacionales que acreditan RD va bien en medio de las dificultades que agobian al mundo.
Como los dirigentes del pasado, incluso parte de su dirigencia emergente, viven en el mundo de la posverdad, que define la Real Academia Española de la Lengua como “distorsión deliberada de una realidad en la que priman las emociones y las creencias personales frente a los hechos objetivos, con el fin de crear y modelar la opinión pública”, no tiene sentido práctico ponderar sus argumentos.
Tiene valor, sí, considerar el feedback que sobre la rendición de cuentas del Presidente reportan diferentes representantes de las clases A,B,C,D del electorado, que al ser tan favorable es muy probable estén indicando que la alta aprobación ciudadana del mandatario, hermanita de la intención de voto, se haya disparado entre un 5 y un 10%.
A esa conclusión se llega porque 1.-Concluido el discurso, me llamaron tres familias de amigos que por años han votado por los principales partidos de oposición, para decirme que luego de su mensaje presidencial habían decidido pasar a respaldarlo al Presidente.
“Escuchamos muy detenidamente el discurso, porque la situación del país está en un momento en los ciudadanos debemos tomar con toda seriedad”, explicó un maestro constructor dominicano-americano que vive en Puerto Rico, donde trabaja muy bien y es jefe de una larga familia cibaeña.
Recibí comentarios de otros miembros de esas tres familias de gente del pueblo expresando que los conquistó la altura, seriedad y humanidad con que el presidente abordó los temas más serios del país y en especial su llamado a la conformación de un acuerdo nacional para que entre todos hagamos frente a los problemas que nos genera la larga situación de crisis haitiana.
En declaraciones al periódico Hoy, inmediatamente después del discurso, los empresarios Manuel Corripio y Fernando Hazoury se mostraron satisfechos y vieron con buenos ojos el discurso.
«Al final de cuentas, no solamente el discurso, sino los datos que lo avalan. Los datos son sólidos, en crecimiento, en estabilidad, en generación de empleo, finanzas públicas ordenadas, reducción de la deuda con respecto al Producto Interno Bruto (PIB). En general altamente positivo», expresaron.
Sobre el crecimiento que hizo mención Luis Abinader, de 4,9%, Corripio expresó que el mismo es palpable a nivel general, con el crecimiento de los negocios y por vía de consecuencias se producen las inversiones que como empresarios se realizan y que dan a luz con la generación de empleos.
Mientras que al reaccionar ayer mismo al enjundioso discurso del mandatario el PLD ni la Fuerza del Pueblo ni siquiera se refirieron a la propuesta de Acuerdo Nacional frente al problema haitiano, el destacado economista e intelectual, figura de respetada reciedumbre moral, Eduardo García Michel escribió ayer que “con la sobre carga de datos y mensajes esperanzadores que el presidente Luis Abinader mencionó en su extenso discurso, los párrafos que destinó al problema haitiano son los que tienen la mayor trascendencia y repercusión para la sociedad dominicana”.
De ese tema, cuyos gobiernos permitieron el gran desbordamiento de ilegales, especialmente de 2004 a 2012, cuando se produjo el gran desbordamiento de esa inmigración y retardaron por 7 años la puesta en vigencia del Reglamento de aplicación de la Ley General de Migración, prefirieron no hablar.
Así como tampoco se refirieron a la impresionante obra de infraestructura levantada en todo el país en apenas dos años y medio por el presidente Abinader.
Sobre ese y otros temas escribiré y publicaré un artículo semanal, gracias a la benevolencia de su director, mi amigo el veterano comunicador Saúl Pimentel.
JPM