El papa Francisco se sometió ayer miércoles a una operación para reparar una hernia en su pared abdominal, el mal más reciente que padece el pontífice de 86 años, a quien le extirparon un tramo del colon hace dos años.
El Vaticano informó que no hubo complicaciones durante la operación de tres horas, durante la cual el pontífice estuvo bajo anestesia total. Poco después de la operación, el cirujano a cargo del procedimiento dijo que el papa estaba despierto, en buen estado y que la hernia estaba reparada.
Se prevé que Francisco permanecerá en el policlínico Gemelli de Roma durante varios días. Todas las audiencias papales hasta el 18 de junio fueron canceladas.
El doctor Sergio Alfieri, director de Ciencias Abdominales y Endocrinas en Gemelli y quien también realizó la operación de colon en 2021, declaró que Francisco estaba despierto y que incluso hizo bromas. “¿Cuándo haremos la tercera?”, dijo que le preguntó.
Durante la operación, los médicos retiraron adherencias —o cicatrices internas— que le habían causado dolor al papa en meses recientes, agregó Alfieri. Reveló también que Francisco había tenido una operación abdominal antes de 2013 en Argentina.
MALLA PROSTÉTICA
En la operación más reciente, se colocó una malla prostética para reparar la hernia, añadió.
Si bien las operaciones de hernia raramente se realizan de urgencia, esta pareció ser en cierta medida urgente, ya que se realizó al día siguiente de que el papa fuera al instituto médico para realizarse análisis. Los médicos sin duda querían darle al pontífice un amplio período de recuperación en vista de sus planes de realizar varios viajes en agosto.
El papa padecía una hernia “dolorosa y agravada” que se formó sobre una cicatriz anterior, probablemente de la operación de colon en 2021. Los expertos dicen que la formación de la hernia, llamada laparocele, es una complicación frecuente de la cirugía intestinal.
La operación duró tres horas, bastante más de lo habitual, que según los médicos es de entre 60 y 90 minutos.