Boston.- Los Gigantes de San Francisco sacudieron el mercado al adquirir al estelar antesalista dominicano Rafael Devers en un cambio con los Medias Rojas de Boston, asumiendo de paso la totalidad de su contrato restante, que asciende a 254 millones de dólares por las próximas ocho temporadas y media.
El contrato de Devers, originalmente una extensión de 11 años y 331 millones de dólares firmada antes de la temporada 2023, incluye pagos diferidos que ofrecen cierta flexibilidad contable, aunque mantienen montos anuales elevados. Según Spotrac, los pagos estructurados que ahora asumirán los Gigantes son los siguientes:
- 2025: $15.6 millones (con $4.2 millones diferidos)
- 2026: $27.5 millones (con $7.5 millones diferidos)
- 2027 – 2030: $31 millones por año (con $7.5 millones diferidos cada año)
- 2031 – 2033: $29 millones por año (con $7.5 millones diferidos cada año)
Lea: ¡Bombazo! Los Gigantes adquieren a Rafael Devers en un sorpresivo cambio con Boston
En total, San Francisco absorberá nueve temporadas completas y media del contrato, sin que Boston retenga un solo dólar.
Con apenas 27 años, múltiples temporadas de producción élite y dos selecciones al Juego de Estrellas, Devers llega a la Bahía con el encargo de convertirse en el nuevo rostro de la franquicia. Los Gigantes, que han estado buscando sin éxito una superestrella en años recientes —tras los intentos fallidos por firmar a Aaron Judge, Carlos Correa y Shohei Ohtani—, finalmente logran asegurar una pieza central de largo plazo.
Negocio
La adquisición no solo representa una inversión financiera considerable, sino también un costo elevado en talento joven. Para conseguir a Devers sin que Boston tuviera que asumir parte del contrato, San Francisco entregó un paquete de jugadores encabezado por: Kyle Harrison, prometedor zurdo y uno de los mejores prospectos de pitcheo de toda MLB; Jordan Hicks, relevista de poder con experiencia como cerrador; James Tibbs, bateador emergente con buen perfil ofensivo y José Bello, joven talento dominicano con proyección.
Un cambio sorpresa
En un movimiento que sacudió el panorama de las Grandes Ligas a mediados de junio, los San Francisco Gigantes concretaron un sorpresivo cambio con los Boston Red Sox para adquirir al estelar antesalista Rafael Devers.
A cambio, los Medias Rojas recibirán al lanzador derecho Jordan Hicks, al zurdo Kyle Harrison y dos prospectos de ligas menores. Además, los Giantes se comprometen a absorber por completo el contrato restante de Devers, quien fue firmado por Boston hace apenas dos años como la piedra angular del futuro de la franquicia.
Relación Devers-Boston
La relación entre Devers y la directiva de Boston se deterioró de forma visible en los últimos meses.
El jugador dominicano había manifestado repetidamente su deseo de mantenerse como antesalista titular, pero el equipo tenía otros planes. Durante la temporada baja, los Red Sox negociaron sin éxito por Nolan Arenado y terminaron firmando al también tercera base Alex Bregman por tres años y 120 millones de dólares, con cláusulas que le permiten salir del contrato tras las temporadas 2025 y 2026.
La decisión de traer a Bregman pareció sellar el destino de Devers en Boston. Aunque su talento con el bate es incuestionable, las tensiones internas y los planes estratégicos del equipo hicieron inevitable la ruptura.
Nuevo hogar para Devers
Para los Giantes, la llegada de Devers representa un golpe de autoridad y una apuesta clara por competir de inmediato. Su presencia fortalecerá una alineación que ha carecido de poder constante en la esquina caliente desde la salida de Evan Longoria.
Boston, por su parte, apuesta a la juventud y la profundidad. Hicks y Harrison ofrecen brazos con gran proyección, mientras que los dos prospectos podrían reforzar aún más un sistema de ligas menores que ha sido prioridad en los últimos años.
Este cambio no solo altera el equilibrio en la Liga Nacional y la Americana, sino que también representa un parteaguas para el futuro inmediato de ambas franquicias. Devers, a sus 28 años, tiene ahora la oportunidad de convertirse en el rostro de una nueva era en San Francisco.
Fuente EL DIARD