Atentado contra las elecciones

Por JUAN T H

El compañero Ruddy González, periodista de larga data, en el programa “El Rumbo de la Tarde” que se difunde de lunes a viernes, de cinco a siete de la noche, habló sobre el temor de que sectores de la oposición, por diversas razones, estén planeando atentar contra las elecciones del próximo 19 del presente mes.

Varios dirigentes, tanto del Partido de la Liberación Dominicana, (PLD), sobre todo de La Fuerza del Pueblo, le comentaban que al parecer el gobierno no quiere que ninguna de las dos fuerzas políticas acuda a las elecciones. Y que eventualmente podrían llamar al pueblo a no votar el 19 de mayo.

Tan pronto escuché al colega González expresar su temor, las alarmas se dispararon en mi cerebro. Y pensé -creo que Ruddy, viejo zorro del periodismo también lo pensó- tal posibilidad tiene sentido, sobre todo después de escuchar, tanto a Danilo Medina, como a Leonel Fernández, amenazar, de manera irresponsable, con patrocinar actos de violencia en los centros de votación para tratar de abortar el proceso, como lo hicieron en 2020 durante las municipales.

Jamás, en los últimos años, un proceso electoral había sido tan bien organizado ni tan correctamente dirigido. Este ha sido un proceso diáfano, plural y transparente.

Tanto la Junta Central Electoral, como el presidente Luís Abinader, han complacido a los partidos de oposición todo cuanto han pedido y exigido, precisamente para que no tengan excusas.

El fenómeno Nayib Bukele, en el Salvador, parece repetirse en la República Dominicana, solo que Abinader no ha enfrentado bandas criminales de pobres marginados llevados a la delincuencia por el propio sistema, en nuestro país las bandas criminales han sido políticas encabezadas por dirigentes que se robaron el país impunemente pues secuestraron la justicia, precisamente para que no haya justicia, como en efecto no la ha habido.

Los hechos suelen ser testarudos, como decía un teórico del marxismo. Y es verdad: lejos de bajar al presidente Abinader en las encuestas y en la percepción de la gente, convertida en realidad, sube vertiginosamente hasta colocarse cerca del 70% de popularidad. Abinader ganará las elecciones con un amplio margen en la primera vuelta. Ganará, de igual manera, la mayoría de las provincias, tanto en el nivel senatorial como en la cámara baja. Será una barrida similar o superior a la de febrero cuando el PRM ganó con más de un 85%.

Nadie, con dos dedos de frente, pone en dudas el triunfo del PRM y sus candidatos. ¡Nadie! ¡Ni siquiera los propios adversarios del partido y del gobierno! ¡Nadie!

Leonel Fernández está estancado. Apenas sobrepasa el 20%. Una pena para un hombre que se considera predestinado, megalómano que se cree superior a los demás. Abel Martínez, del PLD, apenas alcanza un 10%. Quiere decir que Abinader no tiene competencia. Tanto Leonel, como Danilo, están derrotados. ¡Y lo saben! es posible que no quieran que les cuenten los votos. Prefieren provocar “un rebú” para dañar el proceso electoral.

Es un tremendismo, un absurdo propio de la desesperación. Tanto Danilo como Leonel buscan excusas para justificarse ante su propia gente y ante la comunidad nacional e internacional. Pero me temo que esa gente es capaz de cualquier cosa, incluso de provocar un baño de sangre. Es evidente que la oposición tiene planes macabros en contra de las elecciones. Ya escucho a Leonel alegando fraude, compra de cédulas, dislocamiento de los electores, etc., etc., etc. Lo ha hecho otras veces. Es un experto en esa materia. Recuerdo el año 1990 cuando acusó al doctor Joaquín Balaguer de haberle hecho un fraude gigantesco al profesor Juan Bosch. Recientemente acusó a Danilo Medina de haberle hecho fraude cuando perdió de Gonzalo Castillo. Leonel si no gana arrebata. Ya lo veremos denunciando que le hicieron fraude.

El PRM no necesita hacer fraudes. Las encuestas le dan más de un 50%. Al presidente Abinader las encuestas le dan más de un 60%. El que está ganado no hace fraude, trampas, ni nada que se parezca. El que está arriba no pelea, ni busca pleitos. Al contrario, quiere tranquilidad, sosiego, pluralidad y paz.

Atentar contra las elecciones es atentar contra la democracia, es atentar contra la paz social y contra la gobernabilidad.

Planear atentar contra el proceso electoral y contra los resultados previsibles de las elecciones, es atentar, en última instancia, contra los propios opositores, porque este pueblo no permitirá, bajo ninguna circunstancia, que los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina boicoteen o impidan las más plurales, libres y transparentes de las elecciones de los últimos 50 años.