Abinader, inagotable

En la tradición cristiana el domingo es día de reposo para recordar la obra de la redención, lo que no va con el presidente Abinader que luego de una intensa jornada de más de 10 actividades entre viernes y sábado en la región Norte, ayer se despachó con otras ocho. Dicen sus opositores políticos que eso guarda relación con un laborantismo electoral y que se trata de la campaña para su repostulación. Pero leído al revés, da para interpretar que ahora mismo no está seguro de nada y que disfruta con plenitud del ejercicio del poder. Una tercera lectura es que estamos frente al estilo de gobernar de un hombre que desde el primer día ha sido así, hiperactivo, inagotable, mientras sus huestes reeleccionistas corean: el que venga atrás que arree.