Ivonne, una mujer de 70 años, no solo era una hermana, madre, una abuela, tía y una amiga; era una vida llena de historias, risas y amor. Su luz, su vida fue brutalmente arrebatada, de una manera indescriptible y aterradora.
A veces, en una sociedad que parece haber olvidado la humanidad, los actos de violencia nos recuerdan de manera brutal lo frágil que es la vida. La historia de Ivonne Handal es una de esas tragédias que nos llena de dolor y nos llama a la acción.
Ivonne, una mujer de 70 años, no solo era una hermana, madre, una abuela, tía y una amiga; era una vida llena de historias, risas y amor. Su luz, su vida fue brutalmente arrebatada, de una manera indescriptible y aterradora.
Ivonne, fue asesinada con más de 60 estocadas, en manos de Jean Andrés Pumarol, un vecino de “confianza” que caminaba por las áreas comunes como cualquier otro, que no solo hirió a 5 personas más, entre ellas a María Teresa Fabián, cuidadora de Ivonne Handal, con más de 15 estocadas, con quien sostuvo un enfrentamiento que entre una pausa y otra regresaba al cuerpo de Ivonne ya sin vida a continuar clavándole cuchilladas que convirtieron el espacio en una escena dantesca, en un infierno de sangre y dolor… En el que hasta su perrita la atravesó con un cuchillo.
¿Quién era realmente Ivonne? Ella era una vecina amable, la que siempre sonreía y decía “buenos días”, la que ayudaba a otros y que, a su edad, aún tenía sueños y metas por cumplir. Su vida fue arrebatada en un instante de violencia inconcebible, absurdo, sub-real, mientras su familia y comunidad quedamos en shock.
Al conocer los detalles de este horrendo acto, surge una pregunta que nos aturde: ¿cómo puede un ser humano causar tal daño? Se nos habla de un agresor con problemas mentales y la posibilidad de que sea considerado “no imputable”. Esto plantea un dilema que no podemos ignorar. Si la justicia permite que alguien que ha causado tanto sufrimiento permanezca en la calle, todos estamos en peligro.
Nos encontramos en una encrucijada. La salud mental es una cuestión crítica que debe ser abordada, pero la seguridad de nuestra comunidad no puede ser comprometida.
La Procuraduría General de la República lanzó en el año 2023 un programa para atender personas privadas de libertad con trastornos siquiatricos, diagnosticados con: esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión severa y otros trastornos del ánimo o personalidad.
La historia de Ivonne Handal es un grito por justicia. Es un llamado a cada uno de nosotros para reconocer nuestra responsabilidad como sociedad, para alzar la voz y exigir que se tomen medidas. No podemos permitir que este crimen quede en el olvido, ni que su legado sea uno de indiferencia. Debemos unirnos, incluso aquellos que no conocían a Ivonne, y sentir el peso de su indefensión, su vulnerabilidad, el dolor de su trágica muerte.
Exijamos justicia, cambiemos nuestra sociedad, no solo por Ivonne, sino por todos aquellos que han sido víctimas de crímenes violentos y no han encontrado un amparo jurídico que les otorgue justicia. Que su luz nunca se apague y que su historia nos impulse a crear un mundo donde cada vida sea valorada y protegida.
Por: Isaura Taveras