EL PRESIDENTE LUIS ABINADER LIDERANDO EL FUTUROY CONSTRUYENDO CONFIANZA

Por: Alejandro Abreu, Coordinador General de Mayoria Constructiva “Plataforma Política por el Buen Gobierno”.
El presidente Luis Abinader está liderando el futuro de la economía, la institucionalidad y la sociedad dominicana con valentía y construyendo confianza en medio de las naturales diferencias.
La característica más importante para la gobernabilidad y la estabilidad, es escuchar y estar cerca de los ciudadanos, evidenciada de nuevo en el Congreso Nacional que de acuerdo a sus atribuciones realizará con el apoyo del presidente las modificaciones a los temas que lo ameriten, al mismo tiempo que se ratifica la orientación fundamental de la reforma de reducir los privilegios de los que más tienen.
Ahora, su conducción concertadora no será diferente al cumplir con el compromiso postergado por 12 años, definido en el artículo 36 de la Estrategia Nacional de Desarrollo de “elevar la eficiencia, transparencia y equidad de la estructura tributaria”, y “la presión tributaria para viabilizar el logro de los objetivos de desarrollo sostenible”.
El liderazgo del presidente saldrá fortalecido por su capacidad para escuchar argumentos y acordar lo más conveniente para la estabilidad socioeconómica y el bienestar de las futuras generaciones, buscando un equilibrio entre las necesidades del Estado y los reclamos razonables de los distintos sectores.
Es pertinente estar consciente que el objetivo del proceso de reformas en curso es reducir el déficit de las finanzas públicas, la dependencia de las deudas y las trasformaciones institucionales que se requieren para hacer una realidad “el estado social y democrático de derecho” que por décadas ha demandado la sociedad dominicana”.
La reforma fiscal tiene la firme convicción de impulsar que el sector Industrial, Turístico y de Zona Franca sean más productivos, eficientes, competitivos y que se ponga por fin los pantalones largos, lo que ha provocado que sus representantes admitieran en las vistas públicas en la Cámara de Diputados, la necesidad de ponerle fin a los subsidios y las exenciones de “manera gradual”, que es un paso en la dirección correcta para hacer progresivo el compromiso de equilibrar las finanzas públicas y reducir el privilegio a los que más tienen.


La buena gobernabilidad, la regulación pública y la competitividad son condiciones claves para que la economía y la administración pública entren en un nuevo nivel de eficiencia y eficacia, para lograrlo el jefe del poder ejecutivo está dispuesto, a cualquier ajuste en la reforma propuesta que no signifique abandonar el camino elegido de terminar con la evasión, el privilegio y la irresponsabilidad fiscal.
Está asumiendo la responsabilidad histórica que le corresponde frente a la gravedad de la situación fiscal y de sus consecuencias, por eso decidió no dejar este desafío a su sucesor, sino asumirlo de frente, con la misma valentía con que enfrento la grave amenaza del COVID y la crisis inflacionaria internacional.
Lo más relevante de una reforma fiscal es la calidad del gasto público y si los recursos van a las manos de las madres solteras, las familias de los sectores populares y los jóvenes emprendedores, como lo viene haciendo el programa del transporte escolar TRAE, el programa 14-24, la renovación y construcción de acueductos locales, la ampliación de los programas de ayudas sociales y del transporte masivo.
Por sus iniciativas favorables a los más necesitados y su cercanía al sentir ciudadano que se pondrá de nuevo de manifiesto, el presidente cuenta con el apoyo de la mayoría constructiva de los dominicanos, entre ellos los empresarios que no dependen de la renta pública, están dispuesto a competir con reglas de juegos legítimas y compartir para la mejoría de la vida de los dominicanos, como lo evidencia el aumento de la inversión privada y el crecimiento de la economía.
La oposición política que representa el pasado con viejos y nuevos rostros, y no asumió su responsabilidad cuando le correspondía no tiene autoridad moral para decirnos lo que hay que hacer, frente a un presidente responsable, sensible al clamor popular y que lidera el futuro de la República.